Merecido homenaje a Hugo "Sople" Balbuena

publicado el 3-10-08

El diario El Territorio publicó hoy una nota en referencia a uno de los personajes de nuestro futsal: Hugo Balbuena. Aquí el artículo completo, gentileza de "nuestro" Mariano Bachiller. Un justo homenaje al que adherimos desde SÓLO FUTSAL.


(por Mariano Bachiller - marianobachiller@solofutsal.com.ar). Una de las particularidades que se destaca en el futsal es la importancia del arquero. Se dice en el ambiente que es "la mitad del equipo". En el caso de Exa 250, la mitad es el portero. El portero de la escuela.
Hugo Balbuena es el encargado de la Escuela Nº 250 Sargento Cabral y sostiene, económica y organizativamente, a los dos equipos de ex alumnos de ese establecimiento.
"En el año 2002-comienza a contar Balbuena- me contó un amigo, que también asistió a esta escuela, que había una liga de fútbol de salón. Me acerqué a la Asociación Posadeña e inscribí al primer equipo en el torneo de verano. Al principio había cuatro jugadores y de a poco fuimos juntando más. Con el tiempo, cada vez eran más jugadores y tuvimos que armar dos conjuntos, uno que juega en la categoría B y el otro en la C".
El deporte cumple, según el portero, una importante función social: "Siempre me gustó el fútbol, y creo que con esto saco a los chicos de la vagancia, además de que los que pasaron por la escuela sienten la camiseta".
"Actualmente no todos los jugadores son ex alumnos, pero la mayoría sí, y algo que me llena de orgullo es que gran parte de los equipos de la liga, incluso muchos de la A, tienen algún chico que pasó por Exa", confesó.
Hugo narró además que los padres de los jugadores "están muy contentos con la idea, e incluso algunos juegan con sus hijos. A la escuela no le pido colaboración, porque es muy humilde, pero algunos directivos están al tanto del desempeño del equipo".

Con la escoba bajo el brazo
La relación entre Balbuena y su trabajo se remonta a sus primeros días de vida. "Nací en San Ignacio, pero mi mamá consiguió trabajo como portera en una escuela en Leandro N. Alem, así que prácticamente toda mi vida la pasé en la portería. Hasta que yo tenía 17 años vivimos allí, hasta que ella fue trasladada a la 250, en la estoy desde 1980", relató. "En 1993-continúa-heredé el puesto, aunque ya conocía bien el oficio porque siempre la ayudaba".
En el establecimiento de la calle Lucchesi, sus funciones son limpiar, cuidar la escuela y servirles la merienda a los alumnos. "Ser portero es lo más lindo que tengo después de mi familia", sostiene Hugo, y continúa: "En las vacaciones parece que me falta algo".

Una cuestión de principios
Si hay partidos de fútbol de salón, la presencia de Balbuena está casi asegurada, sobre todo en el club Jorge Gibson Brown ("los días que no voy me dicen que falta algo"), pero la pasión que siente por el deporte y por sus equipos nunca lo lleva a perder los estribos.
"No me gusta eso de insultar a los árbitros, gritar cosas. Si es para hacerme mala sangre, mejor no voy. Siempre les digo a mis jugadores que no quiero que se peleen ni que discutan con los árbitros, y muchos de los chicos, que traían la violencia de sus casas, cambiaron en este tiempo; algunos se acercan y me lo dicen, y en otros se ve en la actitud", explicó.
"Me gustaría que esto no se quedara acá, que se pudieran juntar los ex alumnos para hacer algo bueno, como armar un club. Pero mientras tanto, voy a seguir apoyando a los chicos", concluyó.

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